Martínez Izquierdo

Todo libro ha de ser necesario. Y éste lo es y cómo y de qué manera.Más de treinta penitentes años lleva el historiador salesianoRodríguez de Coro enredado en él para ofrecérnoslo tal y como aquíaparece. Este Martínez Izquierdo (1830-1886) -apenas insistir en ello- era más que necesario, pues el diputado, senador y primero obispo deMadrid-Alcalá fue uno de los faros de la España de la RestauraciónAlfonsina, que daría al país, en el cauce de la Constitución de 1876,cerca de cincuenta años de estabilidad. La creación de la diócesis de Madrid era un proyecto muy antiguo quese asentó en la mente de nuestros reyes tan pronto como la ciudad fueelevada a Corte de España. Pero tan sólo se haría realidad por LetrasApostólicas, dadas a Roma, el 7 de marzo de 1885. Para llevar hasta su pleno y rotundo triunfo este cometido fue nombrado su primerpontífice Martínez Izquierdo, bravo y decidido luchador por la causadel catolicismo, y muy especialmente, por la renovación social yreligiosa (conseguida) que León XIII acarreaba.Con una prosa vivacísima y atrapadora el historiador tira de nosotrospara hacer "un viaje a la España sorprendente del siglo XIX". Sinrenunciar al documento y al dato contrastado, sobre todo, del ArchivoSecreto Vaticano, el libro de Rodríguez de Coro es también el retratode un orfebre, que convierte -arte supremo-